Los planes propuestos por Theodore Herzl de crear un estado hebreo en su obra, El Estado Judío, se pusieron en marcha tras finalizar la 2ª Guerra Mundial. Su territorio: la tierra prometida. Y como ya sabemos, la creación artificial del estado de Israel se ha dado, llevándose por delante al inocente pueblo palestino, en un conflicto y un genocidio que se extiende hasta nuestros días.
Sin embargo, el padre del sionismo también mencionó otra “alternativa” e implantar dicha nación en lo que es hoy la Patagonia argentina y chilena. Walter Beveraggi Allende advirtió de dicha conspiración sionista, y los hechos que tienen lugar hoy en día parecen apoyar su tan malsonante y descabellada teoría. El Plan Andinia, como fue llamado, está llevándose a cabo gracias a la colaboración del propio gobierno argentino con las autoridades israelíes. No es de extrañar que lo que antes fue una próspera y rica nación, acabara siendo hoy en día un país inmerso en la miseria, la corrupción y el hambre. Lógico, pues un país débil e inestable representa para las naciones más poderosas una gran oportunidad de ampliar su influencia militar y política fuera de sus fronteras. Así, gracias a la inestabilidad del país andino, el sionismo puede aprovechar la situación arrebatando a su corrupto gobierno la propia soberanía nacional para establecer en la Patagonia una gran colonia militar israelí.